Etiquetado de alimentos: somos lo que comemos y el consumidor quiere saberlo

Etiquetado de alimentos: somos lo que comemos y el consumidor quiere saberlo

Una de las partes más importantes en los envases de alimentación es, sin duda, la etiqueta. Apenas unos centímetros cuadrados de papel cuya misión será aportar toda la información necesaria para saber qué estamos comprando: su origen, su modo de conservación, los ingredientes que lo componen, los nutrientes que aportan a nuestro organismo, etcétera.

¿Leemos etiquetas del packaging alimentario?

“Somos lo que comemos”. Esta es una frase que en los últimos años se está repitiendo como un mantra. Porque sí, los consumidores quieren saber lo que comen. Según el último estudio monográfico del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación realizado a consumidores sobre el etiquetado, 7 de cada 10 personas consulta el etiquetado de los productos de alimentación siempre o casi siempre.

 Contrariamente a lo que, a priori, se podría pensar, son los mayores de 55 años los que menos leen las etiquetas de los alimentos. Es decir, la juventud está más interesada que nunca en saber qué se están llevando a la boca.

 En este sentido, la información nutricional, y fundamentalmente las grasas, los azúcares y las calorías es donde más se fijan. También lo hacen en el listado de ingredientes y de hecho, tres de cada diez consumidores dejan de compran algún producto por tener un ingrediente concreto.

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Una de las partes más importantes en los envases de alimentación es, sin duda, la etiqueta. Apenas unos centímetros cuadrados de papel cuya misión será aportar toda la información necesaria para saber qué estamos comprando: su origen, su modo de conservación, los ingredientes que lo componen, los nutrientes que aportan a nuestro organismo, etcétera.

Información obligatoria de las etiquetas

Al igual que otros aspectos del packaging, el etiquetado de los alimentos está regulado por una serie de normas de obligado cumplimiento que están recogidas en Reglamento 1169/2011, que normaliza   el tipo de información que las etiquetas deben aportar al consumidor y cómo debe ser presentada de una manera útil, legible y comprensible. Su finalidad es proteger la salud de los consumidores y garantizar su derecho a la información para que tomen decisiones con conocimiento de causa.

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Entre la información obligatoria que deben presentar las etiquetas de los alimentos figura:

 

  • Denominación: explicar qué es lo que se está ofreciendo para que sepamos en todo momento de qué se trata. Debe incluir la denominación legal del alimento. De no existir, se utiliza la denominación habitual o descriptiva.

 

  • Ingredientes: tan sencillo, y complicado al mismo tiempo, como ofrecer un listado detallado de todas las sustancias que aparecen en su composición. Una curiosidad: los ingredientes deben aparecer en orden de mayor a menor presencia en el producto. Así que, si en tu próxima compra ves , por ejemplo, que el azúcar aparece en primer lugar, ya sabes cuál es el ingrediente principal de ese producto.

 

  • Alérgenos: sin duda de gran relevancia. Deben aparecer todas las sustancias usadas en la fabricación y presentes en los productos causantes de alergias o intolerancias.

 

  • Cantidad neta: según sea líquido o sólido, se expresará en litros, centilitros, mililitros, kilogramos o gramos.
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  • Fechas duración/caducidad: esta es una de las cuestiones que más dudas despierta entre los consumidores. ¿Es lo mismo fecha de caducidad que consumo preferente? Pues no. No es lo mismo. La fecha de duración es la fecha hasta la que el alimento conserva sus propiedades: «consumir preferentemente antes del…» seguido del día/mes/año o «consumir preferentemente antes del fin de…» seguido de mes/año o solo año. La fecha de caducidad aparece en productos muy perecederos, como el pescado fresco o la carne picada: «fecha de caducidad…» seguido del día/mes y eventualmente el año.

 

  • Conservación y utilización: si el alimento debe conservarse de una manera especial y concreta: en frío, lejos de fuentes de luz… se debe indicar en el etiquetado.

 

  • Empresa: nombre o la razón social y la dirección de la empresa alimentaria.

 

  • País de origen / lugar de procedencia: según el Reglamento 1169/2011, se debe indicar el origen de la carne fresca, refrigerada o congelada de porcino, ovino, caprino y aves de corral.

 

  • Modo de empleo: debe indicarse de forma que permita un uso apropiado del alimento, en caso de que fuese difícil sin esta información.

 

  • Alcohol: en las bebidas que tengan más de un 1,2 % se indica el volumen de alcohol con esta abreviatura: % vol.

 

  • Información nutricional: una parte muy importante, si no la que más, es la información nutricional. Esta se refiere a su valor energético y determinados nutrientes las cantidades de grasas, grasas saturadas, hidratos de carbono, azúcares, proteínas y sal.
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En Digraf somos especialistas en la fabricación de packaging para alimentación, en Digraf tenemos claro que realizar un diseño atractivo y funcional es prioritario, pero la seguridad alimentaria lo es aún más.  De ahí la importancia de elegir a un fabricante especializado y con experiencia en este tipo de trabajos.

Si quieres crear el packaging de tu producto de alimentación o bebidas con todas las garantías, ponte en contacto con nosotros.

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